lunes, junio 3

Hacer la tarea

Pesajim 2a - 6b

Dos razones para festejar hoy: Esta es la entrada número 100 en el blog y comenzamos con el cuarto tratado del Talmud: Pesajim. Como su nombre lo indica, el tratado hablará en extenso sobre la festividad de Pesaj, durante la cual los judíos celebramos la salida de Egipto y el inicio del largo camino hacia la libertad, no sólo física sino también mental y espiritual. De hecho, no por casualidad nuestros sabios nos enseñan que a Ds le tomó un año sacar al pueblo de Israel de Egipto, pero le tomó cuarenta sacar a Egipto de las cabezas de los hijos de Israel...


Pesaj es una festividad llena de detalles que conciernen a lo que se puede comer y a lo que no, la dinámica propia de la cena pascual y el proceso de profunda limpieza que debe hacerse antes de que comience la fiesta para que no queden restos de pan o productos leudados en las casas. En este sentido, dado que hay mucho por hacer y revisar, el Talmud nos enseña: "Se comienza a preguntar y estudiar sobre las leyes de Pesaj un mes antes de que de inicio la festividad."

Los rabinos del Talmud nos recuerdan que aun cuando Pesaj cae cada año con la llegada de la primavera, bien haremos si semanas antes nos ponemos a estudiar los detalles y sutilezas  de la fiesta. Creer que ya sabemos todo porque ya lo hemos vivido en el pasado es un error de principiantes, y el texto nos advierte al respecto.


Pero por otro lado, me parece que la enseñanza talmúdica puede aplicarse de manera más general: Hay determinados procesos (internos y externos) que necesitan que nos preparemos con antelación; hay tiempos y momentos de nuestras vidas en los que necesitamos hacer la tarea.

Piensen en momentos de cambio: Recuerdo, por ejemplo, que cuando nos vinimos a vivir a México me dediqué a leer un par de libros de historia mexicana. ¿Por qué? Porque sólo haciendo la tarea es que iba a poder integrarme en la sociedad que nos estaba adoptando en ese momento. Si me hubiese ido a vivir a China, posiblemente además de leer sobre la historia de ese país habría tomado clases de mandarín.

Adaptarse a un nuevo trabajo o invertir en mejorar relaciones interpersonales también requieren de nuestro tiempo y esfuerzo. Muchas veces no podemos trabajar sobre ello hasta que los cambios se suceden, pero si tenemos la posibilidad de prever algunos de estos nuevos escenarios y operar sobre las posibles ramificaciones con anticipación, ganaremos en perspectiva y reflejos a la hora de la hora.

Hacer la tarea es, asimismo, reflejo de un estado del espíritu en constante entrenamiento. En lugar de creer que el destino proveerá, se trata de hacer lo mejor posible para lidiar con aquello que nos toque vivir de la mejor manera posible. Sin confiar en cábalas o ser presas del pensamiento mágico.

Es obvio que nunca podremos anticipar o elegir aquello que el futuro nos ponga por delante. Pero, al menos, haciendo la tarea nos será algo más fácil sortear las mareas en tiempos tormentosos.

Bienvenidos al tratado de Pesajim!
Y gracias por acompañarme durante estas primeras 100 entradas!

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