martes, febrero 26

Algunas palabras sobre la amistad

Shabat 148a - 149b

El Talmud opera a partir de la asociación libre. Aun cuando hay temas que se transforman en los vectores centrales de la discusión (en nuestro caso, Shabat), el texto puede pasar sin mayores problemas a trabajar sobre ideas absolutamente distintas y sobre temas que nada tienen que ver con el debate principal.

Para entender esto, es importante recordar que el Talmud es una obra muy extensa (¡toma siete años y medio leer el Talmud si lo leemos de a una página por día!) que fue gestada muchos siglos antes de la aparición de la imprenta. El texto fue editado y construido desde la oralidad, y recién varios años más tarde fue puesto por escrito. En consecuencia, las asociaciones libres eran parte de los mecanismos mnemotécnicos que los sabios utilizaron para memorizar y preservar el contenido de generación en generación.


Les cuento todo esto porque mientras leía el Talmud esta mañana, el texto brincó de tecnicismos relativos a la cena de Shabat a una serie de reflexiones sobre la amistad. ¿La razón? El mismo rabino que manifestó su opinión sobre la cena sabática también dijo - posiblemente en otro contexto - algunas ideas sobre la relación entre amigos y compañeros. Tan interesante me parece lo que sostuvo Rabi Iaacov, que lo voy a compartir aquí con ustedes:

"A todo aquel que permite que su amigo sea castigado no se le permite ingresar delante del Santo bendito sea."

¿Qué nos quiere enseñar Rabi Iaacov con esta idea?
Hay gente que promueve que otras personas sean castigadas o maltratadas. Pero esos no son amigos. Aquí, me parece que el mensaje tiene que ver con aquellos "amigos" que frente a una situación determinada se quedan mirando de costado, con las manos en los bolsillos, decidiendo no interceder para que tal o cual persona sea humillada. Es obvio que aquellos que promueven el castigo injusto de sus semejantes no podrán ingresar delante de Ds. Y el Talmud, al menos en este caso, no tiene interés en remarcar la obviedad. Por el contrario, lo que nos dice es que la fortaleza de los vínculos humanos se mide en la capacidad que tenemos de jugarnos por el otro y evitar que sean castigados inmerecidamente.


Me parece que este modelo es interesante para pensar el involucramiento de la sociedad en relación a las injusticias que se cometen en el mundo. ¿Cuánta maldad ocurre por el solo hecho de que muchos permanecen indiferentes frente al sufrimiento ajeno? ¿Cuántas tragedias podrían ser evitadas si nos activáramos como sociedad para impedir que determinadas situaciones se perpetúen?

La gente malvada no tiene un lugar en el Cielo.
Pero, ¿qué pasa con todos los hombres y mujeres de buena voluntad que a la hora de la hora no saben, no pueden o no quieren interceder por aquellos que son injustamente castigados? ¿Qué opinan? Me encantaría leer sus comentarios al respecto.

2 comentarios:

  1. Yo lo aprendí con "a los tibios los vomitaré". Creo que si uno realmente ama, se involucra. Puede fracasar en el intento de defender lo que ama, pero trata con ganas porque el amor lo arrastra.
    Lo que le pasa a mis amigos, me pasa a mi.
    A nivel político defiendo el partido que contempla mas gente y a los mas necesitados.
    Considero a los animales mis amigos, por eso no los como y me empeño en encontrarles refugio.
    Sé como juzgo por eso trata de hacer siempre lo justo. Porque después una se queda a solas con una misma y llega la hora de rendirse cuentas.
    Gracias por el momento de meditación.
    Abrazos

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  2. en lo q a nosotros respecta, tenemos un gravísimo problema con las últimas generaciones de los judíos israelíes, sobre todo con los filonazis de los asentamientos, q no solo tienen actitudes nazifascistas con los palestinos, aún con mujeres ancianas e indefensas q caminan solas por las calles q son atacadas x bandas de criminales sionistas, sino q hasta con los propios judíos q desean la paz, la convivencia y la justicias son nazifascistas, agrediéndolos con la misma saña asesina q tienen los guachiturros en argentina, los maras en guatemala o los "pendejos corrideños" en el norte d méjico.

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