Eruvin 2a - 7b
Empezamos con un nuevo tratado, aunque de alguna manera es la continuación lógica de las discusiones rabínicas sobre Shabat: En Eruvin, los sabios discutirán sobre tres tipos de Eruv diferentes, los cuales sirven para hacer cosas en Shabat que generalmente están prohibidas: Cargar algo del ámbito público al privado (y viceversa), caminar más allá del límite permitido en Shabat y cocinar para Shabat cuando el día anterior cae alguna festividad.
Mientras tanto, conforme el texto avance, nosotros seguiremos con la idea de ir comentando también algunos pasajes que se presenten como particularmente interesantes. A veces tendrán que ver con el tema central del tratado y otras, como ya han visto, no.
Hoy nos volvemos a encontrar con Hilel y Shamai, los grandes maestros y compañeros de hace 2000 años atrás. Cada uno de ellos sostenía entendimientos divergentes en relación a la ley judía, y es muy raro encontrar en el Talmud alguna discusión en la que estén de acuerdo. Más aun: Tanto Hilel como Shamai crearon escuelas de pensamiento que continuaron discutiendo por generaciones sobre cómo debía determinarse la ley.
Les cuento todo esto porque en las páginas que leí en estos días se nos dice lo siguiente:
"Siempre la Halaja (ley judía) es como la Escuela de Hilel, pero quien quiere hacer como la casa de Shamai, así lo hace, y quien quiere hacer como la casa de Hilel, así lo hace."
Suena un tanto contradictorio, ¿no?
Si la ley es como dice la Escuela de Hilel, ¿cómo es posible que se le de la opción a la gente de obrar conforme a la Escuela de Shamai?
Un primer acercamiento nos exige poder desligarnos de la lógica binaria que hemos heredado en el mundo occidental. Tal vez, como dirá el Talmud en otro lugar, tanto Hilel como Shamai reflejan la voz divina, y el hecho de que la ley sea como uno y no como el otro tiene que ver con un ejercicio de votación democrática que tiene como fin ordenar la sociedad, y no determinar cuál es la verdadera palabra de Ds.
Pero sigamos, porque el texto se pone aun más interesante:
"Quien decide obrar de acuerdo a las posturas laxas de Hilel y Shamai es un malvado.
Quien decide obrar de acuerdo a las posturas estrictas de Hilel y Shamai es un tonto."
Al parecer, lo que el texto talmúdico nos quiere enseñar es un poco de congruencia. Si vas a actuar de acuerdo a la casa de Hilel, entonces cumple tanto con sus posturas laxas como con sus posturas estrictas. Y lo mismo en caso de seguir a la casa de Shamai. Lo que no se permite es buscar siempre la posición más permisiva, ya que ello da cuenta de que lo único que nos interesa es tirarnos a menos, ni tampoco vivir siguiendo las posiciones estrictas de cada escuela, ya que ello nos presenta como fundamentalistas que nada ganan con esa actitud.
Por último, el Talmud presenta la contradicción aparente entre el hecho de que la Halaja se establece de acuerdo a Hilel y la posibilidad aun así de seguir a Shamai y nos regala dos posibles respuestas al dilema:
(a) La posibilidad de elegir entre las escuelas es previa a la aparición de la voz celestial que dijo que la ley era conforme a Hilel.
(b) Aun si la opción de elegir escuelas es posterior a la voz celestial, podemos apelar a la postura de Rabi Ioshua, quien entendía que Ds no tenía ni voz ni voto en la elección de la ley.
Como ya veremos en un futuro, hay un relato talmúdico que nos cuenta que una voz celestial surgió de las alturas para determinar que la ley se determina conforme a la escuela de Hilel. Sin embargo, también nos encontraremos en su momento con un relato similar de Ds determinando que la ley es como un determinado sabio - Rabi Eliezer - y la aparición de otro - Rabi Ioshua - sosteniendo que son los hombres y no Ds quienes eligen por mayoría cuál será la norma establecida.
No son pocos puntos para reflexionar en el inicio de este nuevo tratado, ¿verdad?
tal vez la mayor incongruencia de la naturaleza sea el hecho d q necesitamos la muerte para poder vivir; si nuestras células viejas y/o atrofiadas no murieran x millones cada día en nuestro cuerpo, moriríamos x intoxicación, x asfixia o x cáncer. No siempre los opuestos se anulan, muchas veces son complementarios necesarios y hasta excluyentes, es decir q la existencia de uno de ellos (ciclo, ente o proceso) depende d de su "opuesto" según nuestros conceptos.
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