Eruvin 26b - 41b
Generalizar es uno de esos recursos a los que echamos mano para tratar de hacer un poco de orden en el mundo que nos rodea. Todos sabemos que las generalizaciones son una suerte de abstracción subjetiva pero aun así caemos en ese tipo de pensamiento lineal, intentando arribar desde allí a conclusiones complejas.
Ejemplos sobran:
Todos los argentinos son...
Todos los judíos son...
Todos los judíos son...
Todos los hinchas de B*ca son...
Todos los blancos son...
Todos los negros son...
Y así podríamos seguir hasta siempre.
Sin embargo, frente a este tipo de planteos yo siempre intento recordar las palabras de Gregory Bateson, quien se preguntaba cuál es la diferencia que hace a la diferencia, a fin de recordarnos que muchas veces detrás de estas generalizaciones hay una cantidad de prejuicios desbocados.
En el ámbito de la ley pasa algo similar: Buscando establecer parámetros generales, terminamos cayendo en cláusulas que no siempre se ajustan a lo que necesitamos. Es en ese sentido que el Talmud nos recuerda en boca de Rabi Iojanan: "Nada se aprende de las generalizaciones."
Y para que quede claro, el texto pasa a dar una ejemplo en el marco de la halajá (ley judía):
"Todas las mitzvot (preceptos) positivas que están delimitadas por un tiempo específico, los hombres están obligados y las mujeres exentas. Y aquellas que no están delimitadas por un tiempo específico tanto mujeres como hombres están obligados [a cumplirlas].
Pero... ¿Ocurre siempre que las mujeres quedan exentas de todas las mitzvot positivas con tiempo delimitado? ¡La [ingesta de] Matza [en Pesaj], la alegría [en las festividades] y [la mitzva de] Hakhel [que se llevaba a cabo una vez cada siete años durante Sucot] son mitzvot positivas que están delimitadas por un tiempo específico y las mujeres están obligadas a cumplirlas!
Y... ¿Ocurre siempre que las mujeres están obligadas a cumplir con todaas las mitzvot positivas que no están delimitadas por un tiempo específico? ¡El estudio de la Tora, la reproducción y el rescate del primogénito son mitzvot positivas que no están delimitadas por un tiempo específico y de las cuales las mujeres están exentas!"
Los 613 preceptos judíos se dividen en primer lugar entre preceptos positivos y preceptos negativos. No es que unos sean buenos y otros malos, sino que hace al hecho de que los preceptos negativos nos prohíben realizar determinadas acciones (por ejemplo: "no matarás").
Dentro de los preceptos positivos, algunos tienen un tiempo específico para ser cumplidos mientras que otros no. Nuestros sabios decidieron que las mujeres iban a quedar exentas (no prohibidas) de cumplir con aquellas normas positivas con tiempo determinado. Pero, como hemos visto, hay que tener cuidado con las generalizaciones, ya que hecha la ley, hechas todas las excepciones habidas y por haber sobre la misma.
En tiempos en los que hacemos uso y abuso de las generalizaciones para hacer juicios de valor sobre quienes nos rodean, bien vale la pena recordar una y otra vez al sabio Iojanan, ya que rara vez podremos aprender de aquellos que se pasan la vida generalizando a sus semejantes.
¡HADRAN ALAJ BAKOL MEARVIN!
¡VOLVEREMOS A TI BAKOL MEARVIN!
No hay comentarios:
Publicar un comentario