miércoles, noviembre 14

El opositor

Shabat 32a - 33b

Estamos con suerte. No tuvo que pasar demasiado tiempo para encontrarnos con otra historia talmúdica increíble. En este caso, el "héroe" de la jornada será Rabi Shimon Bar Iojai, quien fue contemporáneo del gran Rabi Akiva.

Pasen y vean...!! [y si les gusta comenten y compartan! :)]

ESCENA 1
Estaban sentados Rabi Iehuda, Rabi Iosi y Rabi Shimon, y con ellos se encontraba Iehuda, el hijo de los conversos.
Comenzó Rabi Iehuda diciendo: ¡Que grandiosas son las obras de esta Nación (Roma)! Han construido mercados, puentes y casas de baño.
Rabi Iosi se quedó callado.
Respondió Rabi Shimon ben Iojai diciendo: Todo lo que han hecho, no lo han hecho sino para sus propias necesidades: Construyeron mercados para poner en ellos prostitutas, baños para consentirse, puentes para recolectar impuestos.
Fue Iehuda, el hijo de conversos, y contó lo que habían dicho, llegando a oidos del gobierno.
Dijeron [los romanos]: Iehuda, que elevó [nuestro régimen], sea elevado. Iosi, que se quedó callado, sea expulsado a [la ciudad de] Tzipori. Shimon, que denunció [al gobierno], sea muerto.
Comentario: El relato nos presenta a tres sabios, cada uno de ellos con una posición distinta en relación a los regentes romanos: Un ferviente oficialista, un ferviente opositor y un tercero que se esconde en su silencio. También nos encontramos con un cuarto personaje, quien filtra el contenido de una plática que al parecer no tendría que haberse hecho pública. Por último, el gobierno actúa siguiendo un razonamiento estrictamente lineal, en donde se premia a los que alaban y se castiga duramente a quienes critican o callan. (Si ya están pensando en que luego de dos mil años nada ha cambiado demasiado, están en todo su derecho.)

ESCENA 2
Se escondió [Rabi Shimon] junto a su hijo en la casa de estudios. Todos los días la mujer [de Rabi Shimon] les traía pan y una jarra de agua, y ellos comían.
Cuando el decreto se intensificó, le dijo [Rabi Shimon] a su hijo: Las mujeres son fácilmente impresionables. Tal vez [los romanos] la torturen y les revele [nuestro escondite].
Fueron y se escondieron en una cueva.
Les ocurrió un milagro y fueron creados para ellos un algarrobo y un manantial de agua.
Ellos se quitaron la ropa y se sentaban con arena hasta el cuello.
Estudiaban Tora todo el día.
Cuando tenían que rezar, se vestían, se cubrían y rezaban. Y luego se volvían a quitar la ropa para que no se transformen en harapos.
Permanecieron en la cueva doce años.
Vino [el profeta] Elías hasta la entrada de la cueva y dijo: ¿Quién le hará saber a Bar Iojai que ha muerto el emperador y que su decreto ha sido revocado?
Comentario: El Talmud deja de interesarse en todos los personajes de la primera escena para enfocarse en Rabi Shimon. Sabedor de que los romanos han dictaminado que muera, el sabio decide refugiarse en la casa de estudios: Mientras que los romanos se han dedicado a fortalecer la ciudad con mercados, puentes y baños, él sabe que el "ojo de Sauron" no presta demasiada atención al estudio.
Aun así, el cerco parece cerrarse paulatinamente, y llega el momento en que deben escapar. Es en este contexto que leemos la apreciación no muy feliz sobre las mujeres, sobretodo porque la solución de Rabi Shimon no radica en llevársela a ella también a la cueva, sino en desaparecer y despreocuparse de lo que pueda pasar si los romanos la atrapan y torturan...
Rabi Shimon se va a una cueva y se olvida del mundo. Incluso el texto parecería estar a favor de su conducta ya que un milagro le ocurre y no tiene que trabajar para comer y subsistir.
Más aun: El Talmud hace uso de Rabi Shimon para brindarnos un paradigma educativo que se presenta como preocupante: Rabi Shimon es una cabeza que piensa. Todo su cuerpo pierde interés y función, y es literalmente enterrado en arena mientras el sabio se dedica todo el día a estudiar Tora. Pero... ¿es ese el verdadero estudio? ¿Hay aquí algún aprendizaje real? Veamos qué aprendió Rabi Shimon después de doce años de encierro en la cueva.

ESCENA 3
Salieron [de la cueva].
Vieron a hombres que se encontraban arando y sembrando.
Dijo [Rabi Shimon]: ¡[Estos hombres] abandonan la vida eterna y se ocupan de las necesidades del ahora!
Todo lugar en el que se posaban sus ojos se incendiaba en el acto.
Salió una voz celestial y les dijo: ¿Para destruir Mi mundo salieron? ¡Regresen a su cueva!
Regresaron y se sentaron [en la cueva] doce meses.
Dijeron: El juicio de los malvados en el infierno es de doce meses.
Salió una voz celestial y dijo: ¡Salgan de su cueva!
Salieron.
Todo aquello que Rabi Eleazar [el hijo de Rabi Shimon] destruía, Rabi Shimon lo sanaba.
Le dijo [Rabi Shimon a su hijo]: Hijo mío, tu y yo somos suficientes para el mundo.
Comentario: Rabi Shimon no sólo es opositor frente a las obras del imperio romano. También está en contra de que los mismos judíos se dediquen a trabajar. De alguna manera, este sabio representa la postura de todos aquellos que hasta nuestros días promueven que se les pague por el solo hecho de vivir estudiando Tora. Nada de impuestos, de trabajar o de servir en el ejército: La vida del verdadero creyente es dedicarse al estudio de la Tora. Tal es así que al ver que el mundo funciona de otra manera, la ira de Rabi Shimon se traduce en "miradas que secan campos."
Sin embargo, el texto que hasta ahora parecía a favor de nuestro sabio, empieza a cambiar. Una voz celestial surge del Cielo para enviar de regreso a los dos fundamentalistas a "su" cueva. Ya no es el lugar de los milagros. A partir de ahora Ds no tiene nada que ver con ese lugar en donde se aprende a odiar al mundo. No hay lugar en la tierra para quien se proponga destruir el mundo. Invocar el nombre de Ds tampoco sirve: Para todos ellos la condena es el exilio y el aislamiento total. En este punto, el Talmud no deja lugar alguno para interpretaciones divergentes.
Un año después Rabi Shimon parece haber entendido el mensaje, pero su hijo todavía sigue decidido a incendiar todo aquello que no funciona de acuerdo a sus propias ideas. Rabi Shimon lo calma: El mundo va a sostenerse porque ellos dos son suficientes... ¿Será que Rabi Shimon sigue siendo un extremista disfrazado de cordero? Por lo pronto la soberbia no se le quitó.

ESCENA 4
Mientras el sol se ponía en la víspera de Shabat vieron a un anciano que tenía dos paquetes de mirto y corría [a la hora del] crepúsculo.
Le preguntaron: ¿Por qué tienes esas [ramas de mirto]?
Les respondió: En honor al Shabat.
[Le dijeron:] Con una es suficiente.
[Les respondió:] Una se corresponde con "Recordarás" y la otra con "Cuidarás."
Le dijo [Rabi Shimon] a su hijo: Mira que amados son los preceptos para [el pueblo de] Israel.
Sus mentes se tranquilizaron.
Comentario: Finalmente llega el momento en que Rabi Shimon y su hijo hacen las paces con el mundo. Finalmente los sabios entienden que no por trabajar la gente se olvida de su judaísmo, de los preceptos o de Ds. Más aun: Este anciano no sólo respeta el Shabat sino que puede enseñarles Tora a estos grandes estudiosos, citando los dos textos bíblicos en los que figura el mandamiento de Shabat.
El texto sigue insistiendo: El modelo de aprendizaje no radica en alejarse del mundo productivo sino en construir puentes de sentido entre la identidad religiosa y la vida cotidiana.

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