Shabat 130a - 137b
Según cuenta el texto bíblico, lo primero que hizo el pueblo de Israel al cruzar el Mar Rojo y finalmente sentirse librados de la mano opresora del Faraón fue cantar. Dicho canto - conocido en la tradición judía como Shirat haIam, la canción del mar - reflejaba la sensación de júbilo y alivio después de tantos años de esclavitud. Al parecer, la manera más pura de expresar dichos sentimientos fue elevando la voz en canción, contagiándose mutuamente la melodía de la libertad.
Tan fundamental es la música para el pueblo judío que esta poesía bíblica es recitada todos los días en la plegaria matutina. Tan importante es la canción para la tradición de Israel que cada mañana, durante la primera parte de la plegaria, nos dedicamos a cantar alabanzas a Ds, entrenando el espíritu para que se eleve en oración.
Una de las características clásicas de las poesías que aparecen en la Biblia es su lenguaje arcaico. Debido a su construcción lírica, los poemas conservan formas antiguas que dejaron de ser utilizadas al escribir prosa. En consecuencia, las poesías suelen ser testimonio de usos antiquísimos del lenguaje, algo que a su vez trae aparejado la utilización de palabras que no son tan fáciles de entender.
Que determinadas expresiones sean poco claras puede ser un problema pero también puede ser una oportunidad: Aquello que a priori se presenta inentendible puede transformarse en el trampolín hacia la interpretación y hacia el descubrimiento de múltiples capas de sentido escondidas en el texto.
Por ejemplo: Al comienzo de Shirat haIam (Éx. 15:2), leemos que el pueblo de Israel dice: "Este es mi Ds, a quien yo alabaré." Sin embargo, lo que se traduce como "alabaré" no es tan evidente. De hecho, la palabra hebrea אנוהו (anveu) les abre el espacio a los sabios del Talmud para decir lo siguiente:
(1) Anveu puede tener que ver con la palabra hebrea Noi, que significa belleza. Por lo tanto: "Embellécete delante de Él a través de los preceptos: Haz delante de Él una bella Suca y ten un bello Lulav, un lindo Shofar, un lindo Talit, una linda Tora..."
(2) Por otro lado, de la palabra Anveu se pueden desprender las palabras Ani veHu (Yo y Él). Es decir: "Sé parecido a Él: Así como Él es magno y misericordioso, tú también debes ser magno y misericordioso."
Ambas interpretaciones talmúdicas pueden complementarse. De alguna manera, los sabios nos enseñan que la verdadera alabanza a Ds tiene dos partes: Por un lado, se trata de cumplir con los mandamientos con alegría, embelleciendo las acciones que realizamos. En contraposición a la postura de quien siempre busca hacer el mínimo esfuerzo necesario para pasar el examen, aquí se intenta promover una estructura en la cual el pueblo se siente orgulloso y feliz por la posibilidad de adoptar determinadas prácticas que fortalecen su vínculo con Ds.
Asimismo, alabar también es imitar: Los judíos tenemos un Ds que no se ve y cuyo nombre es impronunciable. Por tanto, la forma que tenemos de hacerlo presente en nuestras vidas tiene que ver con nuestra capacidad de emular Sus obras: Así como Él es misericordioso, nosotros debemos ser misericordiosos; así como Él viste a los desnudos (Adán y Eva), visita a los enfermos (Abraham luego de su Brit Mila) y entierra a los muertos (Moshe), nosotros tenemos que hacer lo mismo, preocupándonos por socorrer y ayudar a quienes menos tienen y más necesitan. De aquí, entonces, que en la tradición judía creamos en un Ds lleno de Pathos. De aquí, entonces, que nosotros tengamos como meta principal desarrollar la empatía por nuestros semejantes, ya que de esa manera no sólo redimimos a la humanidad, sino que también alabamos en la acción a quien hace muchos millones de años habló, y el mundo fue llamado a la existencia.
¡HADRAN ALAJ RABI ELIEZER DEMILA!
¡VOLVEREMOS A TI RABI ELIEZER DEMILA!
Cantemos!
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