domingo, enero 6

Hebreo básico

Shabat 102b - 105a

Hace unos días escribía un tuit recordando el aniversario del nacimiento de Eliezer Ben Yehuda, gran responsable del renacimiento del hebreo en nuestros tiempos. El hecho de haber reactivado una lengua que estaba dedicada principalmente al mundo de la liturgia y el estudio de textos judíos clásicos no puede ser tomado a la ligera: Es sumamente complicado convencer a un número importante de personas para que comiencen a lenguajear en un idioma con el que no han nacido, cuando bien podrían entenderse en un dialecto que ya comparten. No es casual, por tanto, que no haya demasiados casos exitosos de lenguas semi-muertas revividas.

Por esas casualidades de la vida, en la página del Talmud que leí esta mañana, me encontré con algunas reflexiones de nuestros sabios en relación al alfabeto hebreo. El marco de la discusión remite a la prohibición de escribir (o borrar) durante Shabat, pero a partir de la magia de la asociación libre, el texto comienza a meditar sobre las letras hebreas y sobre el orden del alfabeto: Nada, absolutamente nada, puede quedar librado al azar. En consecuencia, la forma de los caracteres y su lugar en el abecedario no es fortuito.

Antes de continuar, se hace necesario que le den un vistazo al Alef-Bet, el alfabeto hebreo (recuerden que, a diferencia del español, aquí vamos de derecha a izquierda):


Ahora que ya vieron las letras, podemos pasar a la reflexión que hace el Talmud en relación a la Verdad y a la Mentira. En hebreo, verdad se dice "emet" (אמת), mientras que mentira se dice "sheker" (שקר). Ambas palabras tienen tres letras (lección extra: en hebreo las vocales no se escriben), de forma tal que los sabios talmúdicos aprovechan para hacer paralelismos de diversa índole, buscando ahondar en niveles que trascienden lo lineal, invitándonos a complementar la tendencia racionalista con otra clase de entendimiento.

El Talmud se pregunta: "¿Cuál es el sentido de que las letras de mentira (Sheker) estén todas juntas mientras que las letras de verdad (Emet) están todas alejadas?"
Y responde: "[Esto nos enseña que] la mentira es algo cotidiano mientras que la verdad no lo es."

Si prestaron atención, la palabra Sheker se compone con tres de las últimas cuatro letras del abecedario, mientras que Emet usa la primera letra, la última letra y una letra que se ubica en la mitad del alfabeto. Por tanto, así como las letras de la mentira se encuentran con facilidad unas con otras, lo mismo parecería ocurrir con la cotidianidad de la falsedad en este mundo. Por el contrario, el hecho de que las letras de la verdad estén dispersas a lo largo de todo el abecedario parecería indicarnos que vivimos en un mundo poco proclive a los tratos honestos entre las personas.

Pero aquí no termina la historia. Porque el Talmud continua preguntando: "¿Por qué las letras de mentira (Sheker) se sostienen en una sola pata mientras que las letras de verdad (Emet) hacen uso de una estructura alargada como los ladrillos?"
Y responde: "Porque la verdad se sostiene, mientras que la mentira no."

Como dijimos antes, nuestros sabios no sólo aprenden de la ubicación de las letras sino también de sus formas. En este sentido, se puede apreciar que las tres letras de sheker  (שקר) tienen un sólo punto de apoyo, mientras que las letras de emet (אמת) tienen dos. Y, por tanto, en lugar del dicho que nos enseña que la mentira tiene patas cortas, al menos en hebreo parecería que el principio rector es que la mentira es como una silla con una sola pata, destinada a perder pronto el equilibrio y caer por tierra.

No está mal como primera aproximación al hebreo, ¿no? :)

¡HADRAN ALAJ HABONE!
¡VOLVEREMOS A TI HABONE!

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