viernes, agosto 31

Sueños, metas e interpretaciones

Brajot 14a - 14b

¿Dónde radica el sentido de un texto?

Habrá quien piense que el sentido radica en el texto mismo; otros alegarán que el sentido original sólo lo sabe el autor; y un tercer grupo dirá que en realidad es el lector el que le da sentido a lo que lee, siendo lo leído el trampolín para saltar hacia los confines de la interpretación.


Personalmente, creo que el sentido de lo que leemos se da en el encuentro. El lector se encuentra con un texto dado, siendo el sentido de lo que se lee producto de ese momento único en donde se unen lo escrito con lo absolutamente subjetivo de cada persona. En ese encuentro es que se abren un sinfín de pequeñas grietas desde donde también podemos encontrar nuevos sentidos a textos de antaño.

Cuento todo esto porque hoy quiero compartir en este espacio una frase del Talmud cuyo "sentido original" (si realmente existe algo así) seguramente no fue el que yo le daré aquí. Lo bueno, en todo caso, es que la frase puede albergar múltiples niveles de sentido, los cuales no necesariamente se neutralizan o invalidan mutuamente.

Nos enseña el Talmud:

"Dijo Rabi Iona en nombre de Rabi Zeira: Todo aquel que pasa siete días sin soñar es considerado un malvado."


La reflexión de Rabi Zeira surge de un versículo del libro de los Proverbios (19:23). Para los sabios del Talmud, la imposibilidad de recordar los propios sueños es una mala señal, y de hecho una gran parte del último capítulo del tratado de Brajot gira sobre el tema de los sueños y sus interpretaciones (así es, Freud llegó varios siglos más tarde a hablar de lo mismo, aunque desde otro lugar).

Sin embargo, yo quiero entender esta frase en un sentido algo más metafórico. Porque en realidad lo que al menos yo rescato de las palabras de Rabi Zeira es la idea de que todos aquellos que se pasan la vida sin ponerse nuevas metas, terminan atentando contra sí mismos.

El gran desafío que cada uno de nosotros tiene por delante es el de nunca dejar de tener sueños y aspiraciones, llegando incluso al punto de que deberíamos sostener esos anhelos todas las semanas. Dejarnos caer en el espiral cotidiano de una rutina que nos abruma nos termina cegando frente a las cosas verdaderamente importantes de la vida. Todos tenemos el potencial para ser la mejor versión de nosotros mismos, y eso sólo se puede lograr si nos animamos a emprender nuevos proyectos y a poner en marcha nuevas metas y objetivos.


Mientras va llegando el fin de semana, los invito a que sigamos pensando en las palabras de Rabi Zeira, en el ejercicio de ir descubriendo cuáles son nuestros sueños y qué es lo que hacemos por procurar que se realicen. ¡Shabat Shalom!

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