Brajot 15a - 15b
Otra vez un post de sábado a la noche. ¡Qué desafío!
En la página del día hay una frase que bien podría ayudarnos a hacer orden en nuestros tiempos. La frase dice así: "Que tu oído escuche aquello que sacas de tu boca."
¿Por qué digo que puede ayudarnos en nuestros tiempos? Porque muchas veces me parece que nos encontramos en situaciones en las que por hablar antes de pensar terminamos metidos en situaciones íncomodas de manera innecesaria. Por otro lado, tal vez si nos pusiéramos a escuchar aquello que decimos (o aquello escribimos en mails o redes sociales, por ejemplo), estoy casi seguro que en más de una ocasión optaríamos por no hacerlo, evitándonos de esta forma la vergüenza que nos da cuando a posteriori nos hacemos concientes de lo dicho.
En tiempos de tanto ruido el Talmud nos invita a escuchar. Y entre aquellas cosas que nos invita a escuchar están nuestras propias palabras, los sonidos de nuestro corazón. En hebreo, las palabras alma (neshamá) y respiración (neshimá) están profundamente conectadas: cada vez que hablamos, lo que hacemos es pasar nuestra alma/respiración por el aparato fonal de forma tal que eso se transforma en sonido. Por lo tanto, aquello que sale de nuestras bocas es nuestra alma vocalizada. Tener en cuenta esto tal vez nos ayude también a la hora de elegir qué es lo que decimos, y qué es lo que escuchamos.
¡Shavua Tov! ¡Buena semana!
No hay comentarios:
Publicar un comentario