miércoles, octubre 10

Vox populi

Brajot 54a - 55b

Vivimos en un mundo en el cual Ds tiene mala prensa. Obviamente hay razones para esto. Miramos para un lado y tenemos al candidato opositor de Venezuela sosteniendo que "los tiempos de Ds son perfectos," miramos para el otro y vemos al presidente re-re-re-electo del mismo país haciendo permutaciones cuasi de alquimista entre Bolivar, Marx y Ds. Cambiamos de geografía y vemos a la gente de ProVida escrachando a una mujer que parece no haber tenido suficiente con haber sido violada, con haber resultado embarazada por el violador y con haber sido vedada de la realización de un aborto por un veto del alcalde que contradice la decisión parlamentaria de la ciudad de Buenos Aires. Nos vamos hacia el norte y vemos que en la potencia más importante del mundo la mitad de la población cree en la literalidad del texto bíblico, razón por la cual la evolución es sinónimo de herejía y Darwin es una encarnación de varios miles de demonios. Cruzamos el mar y nos encontramos con quienes en nombre de Ds están dispuestos a promover la guerra santa contra todos los infieles.



Y todo esto no es más que una muestra gratis de los usos y abusos que se han hecho de Ds...

Cuando pienso en todo esto, la imagen que se me viene a la cabeza es la de un Ds que mira desolado lo que pasa en la tierra y se arranca los pelos entristecido, como diciendo: "Estos pibes no entendieron nada."



Sin embargo, que se haya hecho un mal manejo de la imagen de Ds, que se haya transformado a la idea de Ds en un rehén que sirve casi para cualquier cosa (incluyendo el deslinde de responsabilidades personales ya que la culpa siempre la va a tener Él) no es razón suficiente para negar Su existencia o renegar de todos los planteos profundamente inspiradores que el concepto de Ds también ha generado.

Por ejemplo: En estos días estuve leyendo en el Talmud algunas reflexiones sobre los procesos de elección de líderes. ¿Quién debía decidir sobre el nombramiento de una persona para que tome a su cargo tal o cual posición? El texto nos dice:


"No debe elegirse un líder sobre el pueblo sino cuando es encumbrado por el propio pueblo."

El Talmud pasa a continuación a contar la historia del nombramiento de Betzalel, el arquitecto que estuvo a cargo de la construcción del Tabernáculo luego de la salida del pueblo de Israel de Egipto. El texto nos cuenta que Ds se acercó a Moshe y le preguntó que le parecía Betzalel para el cargo, a lo que Moshe respondió: "Soberano del Universo, si para Ti es el indicado, ¿cómo no lo será para mí?" A lo que Ds le dijo: "Aun así, ve y consulta con el pueblo."



Traten de pensar en los paradigmas imperantes en aquellos tiempos, hace casi 2000 años atrás. Líderes, gobernantes, reyes y sacerdotes solían enquistarse en el poder a partir del relato que sostenía que esa era la voluntad de Ds. Contra todos ellos, el Talmud viene y nos enseña que independientemente de lo que quiera Ds, las autoridades deben ser elegidas por el pueblo, ya que serán servidores y funcionarios para el pueblo. En consecuencia, el Ds que se manifiesta en esta viñeta no es el defensor de tiranos atornillados por siempre a sus tronos, sino aquella presencia que nos invita a responsabilizarnos por los gobernantes que elegimos, y no solamente a comprometernos a la hora de la votación, sino también en calidad de auditores constantes de la gestión.

Mientras que el modelo absolutista y totalitario le quitaba toda posibilidad de acción al pueblo, el modelo que nos propone el Talmud es el de una participación activa y responsable, en donde ya no podemos usar de excusa la imposibilidad de generar cambios, ya que los líderes sólo pueden conservar su lugar en tanto y en cuanto es el pueblo quien con su voz y sus acciones los sostiene en donde están.

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