viernes, octubre 5

Machistas abstenerse

Brajot 50a - 51b

Sobre el final del séptimo capítulo del tratado de Brajot, el Talmud nos relata una historia que involucra a dos rabinos y a una mujer:

Ula fue a comer a casa de Rav Najman.
Comió su pan, bendijo la bendición para después de las comidas y le pasó la copa [de vino] de la [última] bendición a Rav Najman.
Le dijo Rav Najman: Envíe mi señor la copa de la bendición a Ialta [mi mujer].
Le respondió: Así enseñó Rabi Iojanan: El fruto del vientre de una mujer no se bendice sino a través del fruto del vientre del hombre, como fuera dicho: "[Te amará, te bendecirá, te multiplicará] y bendecirá el fruto de tu vientre" (Dt. 7:13). "El fruto del vientre de ella" (en femenino) no dice, sino "el fruto de tu vientre" (en masculino) [...]
Escuchó Ialta [las palabras de Ula]. Se levantó enojada, fue a la casa del vino y rompió cuatrocientos toneles de vino [que había allí].
Le dijo [Rav Najman a Ula]: Envíe mi señor una copa distinta [a mi mujer].
Le envió [Ula a Ialta]: Todo este tonel, de bendición es.
Ella le respondió: De los vendedores ambulantes salen chismes y de los trapos puros piojos.


Algunas reflexiones:
1) A fin de entender qué es lo que está pasando con la bendita copa de vino: Al finalizar la comida, era costumbre que se recitara la bendición para después de comer y luego agregar una bendición sobre una copa de vino - símbolo de la alegría - que era compartida y pasada entre todos los comensales. Rav Najman invita a Ula a que no se olvide de hacerle llegar la copa de esta última bendición a su mujer, pero el sabio tiene sus motivos para no hacerlo.
2) Ialta era una mujer de carácter. Se nota, ¿no?
3) Ula no dejó de creer hasta el final que la mujer no tenía que tomar de la copa y que con que Rav Najman bebiera y bendijera del vaso era suficiente para que todos los miembros de la familia fueran bendecidos. Parecería encarnar el papel del machista empedernido, o de aquel que no está dispuesto a negociar sus posiciones poco incluyentes.
4) Lo significativo del relato es que la palabra final la tiene la mujer, quien termina hablando pestes de Ula y sus modales. Eso me hace pensar que de alguna manera, la posición de la mujer refleja el sentir del editor de esta sección del Talmud. Caso contrario, si el editor hubiera sido alumno de los postulados machistas de Ula, jamás habría cerrado la historia con un dictamen tan negativo de este sabio en boca de Ialta.
5) Ya saben... la próxima vez que sean invitados a casa de Rav Najman (o de cualquier otra persona) no se olviden de compartir el vino y la bendición con todos los miembros adultos de la casa :)

¡HADRAN ALAJ SHLOSHA SHEAJLU!
¡VOLVEREMOS A TI SHLOSHA SHEAJLU!

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