miércoles, octubre 17

Constructores

Brajot 63a - 64a

Según cuenta la tradición judía Ds creó el mundo a través de la palabra. Asimismo, se nos dice que Ds hizo a la humanidad a Su imagen y semejanza, las cuales quedan manifiestas no en términos anatómicos sino en la constante invitación a imitar Su obra de creación, recreando el mundo y reparando los equilibrios perdidos. El hombre vive construyendo mundos simbólicos a partir de lo que dice, conforme hace uso de (y a veces también es usado por) el lenguaje.


Decíamos ayer que lo primero y más difícil que aprendemos como seres humanos es el lenguaje materno. Todos incorporamos el lenguajear (Maturana dixit) en el uso que hacemos de los recursos que tenemos a la mano, y a partir de ello vamos creando mundos simbólicos a través de los cuales percibimos e interactuamos con la realidad en una relación de retroalimentación constante: Construímos la realidad que a su vez nos construye y significa como seres humanos.

En la última página de todo el tratado de Brajot, el Talmud establece que los verdaderos estudiosos son aquellos que incrementan la paz en el mundo. ¿Por qué? Porque hay un versículo en el libro de Isaías (54:13) que dice: "Todos tus hijos (en hebreo: banaij) serán enseñados por Ad-nai y se multiplicará la paz de tus hijos." A lo que el Talmud agrega: "No leas tus hijos (banaij) sino tus constructores (bonaij)."

El mensaje con el cual se da cierre al primer tratado talmúdico nos recuerda nuestra responsabilidad en tanto constructores. Pero no sólo eso, sino que deja testimonio de que los hijos, constructores y socios de Ds en este mundo son aquellos que invierten de su tiempo y energías en incrementar la paz entre las personas.


Todos tenemos la capacidad de crear mundos o de destruirlos.
Todos contamos con la posibilidad de promover odio o de procurar amor.
Y todos podemos marcar la diferencia a partir de los mundos simbólicos que vamos construyendo tanto en la palabra como en la acción.

Las reglas del juego dan cuenta de que empatía y apatía son dos resultados igualmente posibles. Ambos son la consecuencia de la forma en que decidimos vivir y relacionarnos con los demás. Es por eso que en esta última página el Talmud no cierra sino que abre: No dictamina sino que nos invita a preguntarnos de qué lado estamos. Para poder entonces seguir estudiando, seguir aprendiendo y seguir construyendo un mundo que pueda ser cada día un poco mejor.

¡HADRAN ALAJ HAROE USLIKA LA MASEJET BRAJOT!
¡VOLVEREMOS A TI HAROE Y HA FINALIZADO EL TRATADO DE BRAJOT!

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