Shabat 82a - 85b
El noveno capítulo del tratado talmúdico de Shabat empieza con temas que no tienen ninguna relación con Shabat: detalles sobre la pureza e impureza de diversos objetos, y la normativa referente a la plantación de un terreno cuando el tema es que los cultivos no se mezclen.
De acuerdo al texto bíblico hay algunas cosas que no se pueden mezclar:
- No se puede arar un campo usando a la vez a dos tipos de animales distintos.
- No se pueden usar prendas que mezclen en su composición lana y lino.
- No se pueden hacer injertos con plantas distintas.
Mientras que la primera de las prohibiciones se explica por sí misma (el animal más débil sufre a la par de uno que va más rápido o es más fuerte), con los otros dos postulados el tema es más complicado. ¿Por qué es tan importante evitar ciertas mezclas?
La Tora no da explicación alguna sobre el racional de estas leyes, razón por la cual con el correr del tiempo fueron surgiendo explicaciones alternativas:
a) En primer lugar, esta normativa fue catalogada dentro del grupo de leyes cuyo cumplimiento no se puede comprender. Al cumplir estas leyes, nos explica Rashi, estamos manifestando la voluntad de acatar ciertas reglas aún si no logramos entender su significado (o más aun: incluso si no llegaran a tener ningún sentido trascendente e inspirador).
b) Como somos seres en busca de sentido, no todos aceptaron gustosos esto de acatar sin entender. Maimónides, por ejemplo, entiende que evitar las mezclas de cultivos tiene que ver con alejarnos de ciertas prácticas paganas de los pueblos de la antigüedad: Al evitar esas mezclas, lo que hacemos es diferenciarnos de los grupos circundantes y a partir de esa separación vamos construyendo nuestra identidad particular.
c) Para Najmánides, en cambio, la prohibición tiene que ver con la soberbia que significaría "jugar a Ds" inventando a partir de los injertos nuevas especies. Nuestra función como seres humanos sería cuidar de la creación, no reinventarla.
A nivel personal, a mi me gusta pensar el tema de las mezclas en relación con el pluralismo, el particularismo y el desafío de la inclusión que celebra la diferencia en lugar de sufrirla. Durante mucho tiempo, en la búsqueda de pertenecer, la gente estaba dispuesta a diluir su propia particularidad en función de los requisitos del entorno. Tal era la necesidad de ser parte, que uno buscaba igualarse borrando toda diferencia. Sin embargo, esta situación no llevó a grandes resultados y con el tiempo el paradigma fue cambiando. Ya nadie aspira a ser un operario de una enorme fábrica en la cual tanto unos (operarios) como otros (piezas fabricadas) son idénticos y fácilmente reemplazables.
Tenemos la fortuna de vivir en tiempos en los cuales la particularidad es bien vista, y en donde tenemos la oportunidad de honrar nuestra propia identidad sin tener que diluirnos en modelos monolíticos o mayoritarios. La exigencia hoy no es la de construir una única identidad grupal que sea fruto de una mezcla generalizada de costumbres diversas. Por el contrario, cada quien es llamado a ofrendarse en el ser desde su propia particularidad, aportando nuestro color, nuestro granito de arena.
Hay veces en que la apuesta a la mezcla es una forma maquillada de buscar una uniformidad que suele ayudar solamente a los monopolios. Para que podamos construir una sociedad plural, debemos ante todo procurar sostener identidades particulares, ya que si la apuesta es al "crisol de razas" el resultado siempre tenderá a deglutirse a las minorías.
El desafío es abandonar el crisol de razas para adoptar en su lugar la metáfora del mosaico multicolor: En lugar de mezclar colores hasta que ya no quede ninguno, hoy tenemos la posibilidad de contribuir en la construcción de una sociedad que sea plural, que sea colorida, que sea incluyente, y que celebre todos los buenos aportes que cada uno de nosotros tiene para hacer.
Acá estamos ante una paradoja, pues mientras una peqeña parte pensante de nuestra sociedad (muy peqeña, casi microscópica) aspira a integrar las diferencias, la gran mayoría acicateada x los spots publicitarios y x los "referentes" sociales televisivos q consume ésa parte d la sociedad hace una campaña furibunda contra todo lo q sea diferente y azuzan a la juventud a despreciar y agredir a cualqiera q no qiera igualarse al rebaño. Vemos cotidianamente como en los colegios (y en los boliches) son agredidos salvajemente algunos estudiantes q no se visten como "reaggeatoneros" o "cumbieros", o xq les gusta estudiar, o xq son introvertidos y no se prenden en las jodas d los "vagospiolas", ésta actitud obviamente beneficia a las grandes empresas q apuntalan dicho comportamiento como lo vemos en las propagandas d 7up,beldent,coca,McDld,kellogs... todas dirigidas a los adolescentes.
ResponderEliminarEl desafío creo que consiste en animarnos a construir una sociedad plural, en donde todos los hombres y mujeres de bien tengan un espacio para ejercer su propia particularidad, contribuyendo de esa manera al enriquecimiento del espacio común que se comparte y se enriquece a partir de múltiples interacciones entre las partes.
EliminarHacerlo realidad siempre será más difícil que describirlo en palabras, pero estoy convencido de que sí se puede, y que no es una mera utopía.