martes, septiembre 4

Sexto sentido, edición talmúdica

Brajot 18a - 18b

Leer el Talmud es de alguna manera como meter la mano en la galera de un mago: Uno tiene que estar preparado para sacar de allí toda clase de cosas... desde discusiones legales hasta lecciones de moral, pasando por dichos populares y por historias que bordean la ciencia ficción, entre tantos otros conejos y palomas.


Entre los temas abordados en la página del día, el Talmud intenta responder a la pregunta de si los muertos escuchan o son afectados por lo que pasa en el mundo de los vivos. Este tema parte de una discusión legal - ¿pueden los vivos cumplir preceptos frente a la tumba de un muerto? - pero rápidamente da lugar a una serie de relatos fantásticos en donde los espíritus de seres fallecidos hablan entre ellos del futuro, o bien los vivos buscan a los muertos para dilucidar algunos asuntos pendientes. Miren, por caso, lo que pasó con el sabio Shmuel y su difunto padre:

ESCENA 1
El padre de Shmuel tenía a su cuidado un dinero que se destinaba a sostener a los huérfanos. Cuando murió, Shmuel no estaba con él [y no se enteró adónde guardaba su padre ese dinero]. La gente lo empezó a llamar [a Shmuel] "el hijo que come del dinero de los huérfanos."

ESCENA 2
Fue [Shmuel] a buscar [a su padre] al cementerio.
Les dijo [Shmuel] a ellos [los muertos del panteón]: ¡Quiero a mi Aba* [*papá]!
Le respondieron: Muchos padres hay aquí.
Les dijo: Busco a Aba bar Aba*. [* en hebreo, Aba es papá y es un nombre de hombre]
Le respondieron: Aquí hay muchos Aba bar Aba también.
Les dijo: Busco a Aba bar Aba, el padre de Shmuel. ¿Dónde está?
Le respondieron: Ascendió a la Ieshiva - casa de estudios - celestial.

ESCENA 3
Al ascender [Shmuel a las alturas] vio a [su amigo] Levi sentado fuera [de la Ieshiva].
Le dijo: ¿Por qué te sientas afuera? ¿Cuál es la razón por la cual no ingresas?
Le respondió: Porque me dicen: Todos los años que no ingresaste en la [Ieshiva terrenal] de Rabi Afes y le causaste angustia por ello no podrás ingresar a la Ieshiva celestial.

ESCENA 4
Mientras hablaban [Shmuel y Levi] apareció su papá.
Vio [Shmuel] que [su papá] lloraba y se reía.
Le dijo [Shmuel a su papá]: ¿Por qué lloras?
Le respondió: Porque pronto vendrás aquí.
Le dijo: ¿Por qué ríes?
Le respondió: Porque eres sumamente estimado en este mundo.
Le dijo: Si soy importante [en este mundo] que dejen ingresar a Levi [a la Ieshiva].
Lo dejaron ingresar.

ESCENA 5
Le dijo [Shmuel a su papá]: ¿Dónde está el dinero de los huérfanos?
Le respondió: Ve al molino y tómalos. [El dinero que se encuentra] arriba y abajo es nuestro, y el del medio es de los huérfanos.
Le dijo: ¿Por qué has hecho así?
Le respondió: Porque si nos robaban, que roben nuestro dinero [que es el que se encuentra arriba de todo]. Y si la tierra se lo traga, que se trague nuestro dinero [que es el que se encuentra debajo de todo].


Independientemente de si creemos en que los muertos estudian en una Ieshiva celestial o de si podemos tener contacto con ellos y platicar a gusto, creo que es increíble como el Talmud se las ingenia para articularse desde un relato fantástico y enseñarnos el valor no sólo de ayudar a quienes menos tienen y más necesitan - en este caso los huérfanos - sino también de no hacer de esa ayuda la carne de cañón que cae primero en la lista de nuestras prioridades cuando la situación se empieza a complicar - ya sea por ladrones o por catástrofes naturales.

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