miércoles, septiembre 12

Lenguaje corporal

Brajot 26a - 26b

De acuerdo a la opinión de Rabi Iosi "las plegarias fueron establecidas por los patriarcas."


Rabi Iosi habla de los tres momentos de oración diarios fijados por la tradición judía: mañana, tarde y noche. Sin embargo, basta con leer el texto bíblico para dar cuenta de que en aquellos tiempos la plegaria no era obligatoria ni pautada en tiempos y textos litúrgicos sino que básicamente era producto de aquel que quería pedir o agradecer espontáneamente por aquello que le estaba ocurriendo en vida.

¿De dónde saca entonces Rabi Iosi la idea de vincular a los patriarcas con las plegarias fijas? Es obvio: del texto bíblico. ¿¿¿Pero no dijimos que en la Biblia Hebrea no hay indicio alguno de una oración diaria con tiempos específicos???


Dice Rabi Iosi:
Sabemos que Abraham estableció la plegaria matutina porque en el Pentateuco está escrito: "Se levantó Abraham por la mañana para ir hacia el lugar adonde se había parado delante de Ad-nai" (Gn. 19:27). Estar parado, nos dice Rabi Iosi, es sinónimo de plegaria.
Sabemos que Itzjak estableció la plegaria de la tarde porque en el Pentateuco está escrito: "Salió Isaac a dialogar al campo a la hora de la tarde" (Gn. 24:63). Dialogar, nos dice Rabi Iosi, es sinónimo de plegaria.
Sabemos que Iaacov estableció la plegaria de la noche porque en el Pentateuco está escrito: "Se encontró con el lugar y durmió allí porque el sol se había puesto." (Gn. 28:11). Encontrarse, nos dice Rabi Iosi, es sinónimo de plegaria.

Yo no se si fueron los patriarcas los que establecieron los tiempos específicos para rezar. Pero lo que sí se es aquello que la tradición judía considera como los pilares fundamentales de la plegaria: El lenguaje corporal de la oración judía nos encuentra de pie, nos propone un diálogo y promueve el encuentro con lo trascendente. Es en esa tríada postural que tres veces por día elevamos nuestra voz en plegaria. No desde la sumisión, la culpa o el temor, sino desde el intercambio entre dos (cada uno de nosotros y Ds, cada uno de nosotros en comunidad y Ds) que se buscan y necesitan mutuamente, afirmando en el diálogo la relación que los une.


En consecuencia, incluso si resulta que los patriarcas no establecieron los horarios fijos para rezar, hay que agradecerle a Rabi Iosi los versículos bíblicos que nos regala, ya que a través de ellos aprendemos sobre los valores e ideales centrales de la plegaria judía.

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